martes, 29 de abril de 2008

EDUARDO DÍAZ PIDE TRANSPARENCIA EN LAS DECISIONES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Luego de que en dos oportunidades en los últimos días se impidiera la unanimidad para tomar acuerdos en la Cámara de Diputados, sin que se pudiera conocer la identidad de quienes se opusieron por una costumbre que les permite hacerlo de manera reservada, el diputado Eduardo Díaz solicitó oficialmente a la Comisión de Régimen Interno que se termine con lo que denominó “la práctica del secretismo”.

“No sólo se trata -explicó Eduardo Díaz- de una costumbre opuesta a la obligatoria publicidad de los actos y resoluciones de los órganos del Estado, que establece el artículo 8ª de la Constitución. Atenta, a la vez, contra la transparencia de los mismos, podría esconder conflictos de interés, e incluso impide manifestar la responsabilidad política que es tan propia de nuestra función”.

La semana pasada Eduardo Díaz se vio envuelto en una ácida controversia con la Mesa de la Cámara, cuando demandó conocer el nombre del parlamentario que se opuso a dar unanimidad para votar el proyecto de ley que establece la igualdad de sueldos entre hombres y mujeres, a lo que tanto el presidente Juan Bustos como el vicepresidente Guillermo Ceroni se negaron, aduciendo que la reserva de su identidad era ‘un asunto de costumbre’, a pesar de que Díaz les precisó que no hay norma reglamentaria que ampare esa reserva y que si la hubiera sería “inconstitucional”.

“Una situación similar se produjo la semana antepasada, cuando quisimos votar sobre tabla un Proyecto de Acuerdo que manifiesta preocupación por la violencia en el Tíbet”, agregó el parlamentario, lo que se tradujo en que la iniciativa quedara postergada por más de quince días.

“Tenemos que terminar con esta manera de actuar”, recalcó Díaz, quien luego indicó que “si seguimos conviviendo con esta costumbre inconstitucional, podría llegarse al extremo de que algún parlamentario dilatara la aprobación de leyes muy importantes, e incluso eventualmente escondiera conflictos de interés”.

La costumbre establece que para los variados casos en que se requiere unanimidad de los parlamentarios presentes, basta la oposición de uno para que no se pueda tomar acuerdo, aunque esa oposición se manifieste de manera reservada o secreta.

“Respetando la posibilidad de los parlamentarios de impedir la formación de unanimidades, he demandado que esta oposición se haga de manera pública. No podemos estarle pidiendo transparencia al resto, mientras en nuestro seno mantenemos conductas secretistas”, terminó diciendo Eduardo Díaz del Río.

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