El diputado independiente Jaime Mulet expresó su reticencia a que se legisle como pretende el Gobierno para otorgar financiamiento a los partidos políticos, precisando que “hay cosas más urgentes que financiar en el país, por ejemplo, y sólo a modo de ejemplo hoy día hay decenas de personas esperan intervenciones quirúrgicas en diversas especialidades y eso tiene que ser prioritario”.
El parlamentario precisó además que si se persiste en la idea de legislar sobre esta materia, el Gobierno tiene que escuchar a todos los sectores y renunciar a imponer un proyecto que de todos modos, de acuerdo al texto conocido, debería ser sometido a profundas modificaciones porque en su versión actual apunta claramente al “fortalecimiento de la actual estructura del país, dividida entre la Concertación y la Alianza. Da la impresión de que lo que se busca es petrificar el actual esquema de poder, en lugar de reconocer la necesidad de promover el surgimiento de nuevas fuerzas políticas que puedan atraer e interpretar a la ciudadanía”.
Agregó en este sentido que no es prudente plantear el financiamiento de los partidos “cuando hay dos millones y medio de chilenos que no han querido inscribirse para votar y la última encuesta CEP muestra que la evaluación de los partidos existentes es altamente negativa”.
Respecto a las modificaciones al proyecto, Jaime Mulet adelantó algunos aspectos que, a su juicio, son insoslayables, siempre que se insista en legislar en contra de la evidencia de que el país tiene otras prioridades. Dentro de estos criterios señaló que se proporcione “un trato equivalente a los partidos pequeños y a los partidos grandes, a los partidos que existen y a los que están en proceso de formación”, y dentro de ello propuso que el financiamiento se asigne de acuerdo al número de militantes, en lugar de distribuir los fondos según el número de votos obtenidos en la última elección.
Sobre otros cambios, el diputado Mulet planteó la idea de que los dineros se asignen de manera regionalizada y no sean administrados sólo por las directivas nacionales de los partidos políticos, además de establecer mecanismos incuestionables para ejercer un control estricto y efectivo respecto al uso de recursos que son públicos.
El parlamentario precisó además que si se persiste en la idea de legislar sobre esta materia, el Gobierno tiene que escuchar a todos los sectores y renunciar a imponer un proyecto que de todos modos, de acuerdo al texto conocido, debería ser sometido a profundas modificaciones porque en su versión actual apunta claramente al “fortalecimiento de la actual estructura del país, dividida entre la Concertación y la Alianza. Da la impresión de que lo que se busca es petrificar el actual esquema de poder, en lugar de reconocer la necesidad de promover el surgimiento de nuevas fuerzas políticas que puedan atraer e interpretar a la ciudadanía”.
Agregó en este sentido que no es prudente plantear el financiamiento de los partidos “cuando hay dos millones y medio de chilenos que no han querido inscribirse para votar y la última encuesta CEP muestra que la evaluación de los partidos existentes es altamente negativa”.
Respecto a las modificaciones al proyecto, Jaime Mulet adelantó algunos aspectos que, a su juicio, son insoslayables, siempre que se insista en legislar en contra de la evidencia de que el país tiene otras prioridades. Dentro de estos criterios señaló que se proporcione “un trato equivalente a los partidos pequeños y a los partidos grandes, a los partidos que existen y a los que están en proceso de formación”, y dentro de ello propuso que el financiamiento se asigne de acuerdo al número de militantes, en lugar de distribuir los fondos según el número de votos obtenidos en la última elección.
Sobre otros cambios, el diputado Mulet planteó la idea de que los dineros se asignen de manera regionalizada y no sean administrados sólo por las directivas nacionales de los partidos políticos, además de establecer mecanismos incuestionables para ejercer un control estricto y efectivo respecto al uso de recursos que son públicos.
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